Equipo de monitores de tenis de Cortijo Alto 2025-2026
La Escuela de Tenis Cortijo Alto no solo es un espacio para aprender a golpear una pelota, sino un lugar donde se transmiten valores, esfuerzo y amor por el deporte. Desde su fundación, ha sido un punto de referencia para jugadores y familias que buscan algo más que una actividad deportiva: una comunidad.
Detrás de cada alumno hay un monitor que enseña, acompaña y motiva. Y detrás de cada monitor, una historia. Cada uno de los miembros del equipo técnico de Cortijo Alto ha recorrido su propio camino dentro del tenis, acumulando experiencias que hoy ponen al servicio de sus alumnos.
A continuación, te presentamos a nuestro equipo de monitores, personas que comparten una misma filosofía: formar no solo jugadores, sino personas.
Julio, CEO y Fundador de la Escuela de tenis Cortijo Alto
Los primeros recuerdos que tengo con una raqueta en las manos eran de cuando tenia cuatro o cinco años intentando golpear una pelota en el inmenso frontón de la ciudad deportiva de Carranque. Agradezco a mi padre que me llevara allí casi a diario para jugar al aire libre, hacer deporte y relacionarme en un entorno diferente al habitual de cualquier otro chico. Él, jugando conmigo me enseñó a ser disciplinado, esforzado y a soñar con ser un buen jugador de tenis. De esto hace más de 50 años.
Con 5 años apareció mi hermana en nuestras vidas. Yo me sentía muy feliz y me encantaba sobre todo enseñarle muchas cosas del colegio, a sumar a leer, a escribir y como no a jugar a tenis. De esa manera, fui descubriendo mi vocación por la enseñanza y en concreto por la enseñanza del tenis.
Mi padre nos apuntó a una escuela de tenis municipal que se creó en la ciudad deportiva de Carranque por la iniciativa de Jose Luis Monserrate, Vicente Perea (hermano de las 13 veces campeona de España de tenis) y Carlos Blanco, durante los años de 1977 a 1980, donde empezamos a destacar como jugadores.
Posteriormente para seguir progresando como jugadores nos hicimos socios del desaparecido, Club de Campo Cerrado de Calderón (hoy dia Liceo Francés). En aquella época fui campeón de la fase provincial del Manuel Alonso (campeonato de España) y Campeón de Andalucía de infantiles por equipo con este club.
Luego nos hicimos socios del Club El Candado para seguir progresando como jugador. A los pocos años, los entrenadores Julio Saceda y Iñigo Erkoreka confiaron en mi para comenzar como entrenador en la escuela de tenis. De esta manera fui descubriendo el propósito de mi vida, que era enseñar a jugar al tenis y los valores necesarios para ser un buen deportista.
Como entrenador del Club El Candado, fui uno de los entrenadores del equipo infantil que en 1986 se proclamó campeón de España en el Club de Tenis La Salut de Barcelona, en el torneo Joan Compta. Igualmente, ese mismo año, mi hermana Carmen Ripoll, a la que entrenaba cada mañana se proclamó campeona de infantiles en pista rápida en el torneo Sport Goofy y al siguiente año campeona de España cadetes y juniors.
A la vez que trabajaba como entrenador fueron muchos años seguidos de formación teórica, en los que obtuve los títulos de monitor y entrenador nacional. Asimismo, realice un máster en alto rendimiento deportivo por la Universidad Autónoma de Madrid y el comité olímpico Español. Me formé como técnico especialista en la gestión de instalaciones deportivas y obtuve el título de Professional por la United States Tennis Association en Estados Unidos, donde estuve en la Nick Bolletieri tennis Academy en la Harry Hopman Tennis Academy.
Ya en 2002, y gracias al Excmo. Ayuntamiento de Málaga y a la Junta de Andalucía, que confiaron en mi para construir las instalaciones y gestionarlas, comencé esta andadura como director y profesor de esta escuela.
No puedo dejar de agradecer igualmente la absoluta fe y la incalculable colaboración de mi compañera Natalia en esta enriquecedora y motivadora aventura.

Antonio
Me llamo Antonio José Capitán Heredia y empecé a jugar al tenis cuando tenía solo 3 años. Desde entonces, este deporte ha sido una parte muy importante de mi vida. Empecé simplemente porque quería hacer deporte, pero con el tiempo se convirtió en algo que realmente me apasiona.
Entreno en Cortijo Alto desde que era pequeño, el mismo club donde aprendí todo lo que sé y donde he pasado muchísimas horas entrenando. Antes solía entrenar unas dos horas y media a la semana, aunque ahora, por los estudios, no puedo dedicarle tanto tiempo como me gustaría.
De más chico llegué a competir en torneos municipales de Málaga, y uno de mis mejores recuerdos fue ganar uno de esos torneos, algo que me motivó mucho a seguir mejorando.
Mi golpe favorito es el revés, porque es el golpe con el que me siento más cómodo y más seguro dentro de la pista.
Ahora mismo, mi objetivo a corto plazo es seguir aumentando mi experiencia en el mundo del tenis y disfrutar cada vez que tengo una raqueta en la mano, porque para mí el tenis es mucho más que un deporte: es parte de mi vida desde siempre.

Sofía
Desde que tengo memoria, el tenis ha estado presente en mi vida. En mi familia todos hemos pasado alguna vez por la pista, algunos se quedaron, otros no, pero yo me enganché desde los 4 años y ya no me bajé de ahí.
Aunque no fui de competir mucho, disfruté entrenar y vivir el tenis desde dentro. Con el tiempo, descubrí que lo que más me llenaba no era ganar partidos, sino enseñar. Por eso decidí sacarme el título de monitora y dedicarme a compartir lo que el tenis me había dado durante tantos años.
Hoy, después de 15 años con una raqueta en la mano, tengo claro que el tenis es mucho más que un deporte: es una escuela de vida. Me gusta transmitir eso a mis alumnos, sobre todo a los más pequeños, con paciencia y cercanía.
Mi tío y mi primo fueron quienes me enseñaron todo, y gracias a ellos entendí que el tenis no solo se juega con técnica, sino también con cabeza, corazón y constancia.
En cada clase intento que mis alumnos aprendan no solo a jugar bien, sino a disfrutar, a superarse y a confiar en sí mismos. Porque el tenis, al final, es eso: una forma de crecer, dentro y fuera de la pista.

Aintzane Orellana
Llevo en el club desde los 4 años, y aunque he jugado varios torneos, siempre he disfrutado del tenis sin centrarme del todo en la competición. Tengo un B2 en inglés y sigo estudiando, compaginándolo con las clases que imparto en el club desde 2023. Para mí, el tenis lo es todo, y no puedo estar más feliz de trabajar en un club tan especial ,como es Cortijo alto,haciendo lo que me apasiona.

Laura Plaza
Empecé a jugar al tenis a los 8 años y siempre he dicho que fue una de las mejores decisiones que pudieron tomar mis padres. Probé varios deportes durante mi infancia, pero ninguno me contagió de la manera en que lo hizo el tenis. Cada semana deseaba que llegaran mis días de entrenamiento para pasar una hora en mi sitio favorito: la pista de tenis.
Debido a problemas familiares, nunca pude tomarme el tenis de una manera más profesional, pero eso nunca me frenó para seguir haciendo lo que más me gustaba.
Cuando me preguntan por mis hobbies, siempre respondo lo mismo: el deporte. Es lo único que consumo en mi tiempo libre. Aparte del tenis, me gusta seguir otros deportes como el fútbol o la Fórmula 1, ya que, al igual que el tenis, son disciplinas muy técnicas y precisas, donde detrás de un simple movimiento hay una larga cadena de objetivos que se deben cumplir.
Cuando pensaba en el futuro, lo único que tenía claro era que el tenis iba a estar presente, y es por eso que decidí estudiar el curso de Técnico Deportivo Nacional, para poder dedicarme a lo que más me gusta. Además, me encuentro en la universidad cursando Educación Infantil, por lo que el mundo de la docencia y la pedagogía están muy presentes en mi vida, tanto en el ámbito deportivo como en el académico.

Victor Guerrero
Con 8 años de experiencia laboral y desde los 6 años de vida dedicados al tenis, Víctor Guerrero ha convertido su pasión en una forma de vida. Desde muy pequeño, sintió una profunda admiración por este deporte, fascinado por su exigencia, elegancia y capacidad de forjar carácter dentro y fuera de la pista.
A lo largo de su trayectoria, ha trabajado incansablemente para perfeccionar su técnica, transmitir su conocimiento y mantener viva la esencia de uno de los deportes más longevos y completos del mundo.
Para Víctor, el tenis es mucho más que un juego: es disciplina, constancia y superación personal.
Su compromiso con el crecimiento continuo y su amor por la enseñanza lo han consolidado como un referente apasionado dentro del ámbito tenístico.
Agradecido a la Escuela de Tenis Cortijo Alto por compartir este camino y permitirme crecer profesionalmente durante estos años. El tenis no solo se juega y se entrena, se vive y se transmite.

Manolo Guevara
Desde muy joven, el tenis fue una parte esencial de mi vida. El deporte se convirtió en mi escuela de vida. Con el tenis aprendí la disciplina, la paciencia y el valor de la constancia. A lo largo de más de diez años de experiencia en el sector, me he desempeñado como jugador y entrenador, obteniendo varios títulos nacionales reconocidos por la Federación Peruana de Tenis.
Como entrenador, mi filosofía siempre ha sido que el tenis es mucho más que un deporte: es un espacio para aprender valores. En cada clase promuevo el juego limpio, la respetuosa competición y el esfuerzo constante. Mi estilo de enseñanza es didáctico y práctico; busco que cada jugador comprenda el juego de manera integral: técnica, táctica y emocionalmente.
Además de mi formación y experiencia en el tenis, cuento con un título universitario en Gestión Deportiva, lo cual me ha permitido entender el deporte de manera más amplia: como un estilo de vida. En el día a día, el deporte sigue siendo mi energía y mi guía; y sea en el campo de juego, en el gimnasio, corriendo o jugando fútbol, en cada actividad reencuentro esa pasión que me moviliza y me motiva a seguir creciendo.
En cada golpe, en cada entrenamiento y en cada nueva meta, ella vuelve a estar presente: la pasión por el tenis y por el deporte, por una vida en movimiento, llena de esfuerzo, aprendizaje y pura energía.

Laura
Desde los 5 años, el tenis forma parte de mi vida. Mi padre fue quien me abrió la puerta a este mundo, y gracias a esa pasión compartida conseguí varios títulos a nivel andaluz , llegando a competir a nivel nacional.
Con el tiempo, por circunstancias personales, me alejé de las pistas. Durante ese periodo descubrí otras facetas de mí: me formé como maquilladora profesional, siempre disfrutando paralelamente de otras aficiones, cómo mi pasión por los perros, y otros deportes. Sin embargo, con los años comprendí que nada me llenaba tanto como la sensación de entrar en una pista de tenis.
Esa certeza me llevó a dar un paso importante: obtener el título de Técnico Deportivo Nacional. Y desde mayo formo parte del equipo técnico de Cortijo Alto, donde tengo la oportunidad de dedicarme cada día a lo que más me apasiona: el tenis

Luis Miguel Botella
Empecé a jugar al tenis con 5 años en el club de tenis cortijo alto, empecé en el tenis porque mis padres querían que hiciese algún deporte y eligieron ese casi al azar. Pasaron unos años y empecé a competir, se me dio bastante bien y con pocas horas de entrenamiento conseguí un gran rendimiento en competiciones. Con el esfuerzo de mi familia conseguí jugar torneos de más alto nivel y llegué a ser uno de los mejores jugadores a nivel provincial de mi categoría, llegando a conseguir algunos éxitos significativos: 2 veces campeón del circuito costa del sol, varias veces subcampeón de Málaga, varias veces subcampeón del circuito andaluz de verano, campeón provincial de dobles, así como una extensa participación en torneos importantes a nivel nacional; campeonatos de Andalucía, circuito TTK, Champion bowl, circuito Rafa Nadal Tour….
He llegado a dominar este deporte y disfruto compartiendo todo lo que he aprendido en estos años, la conclusión a la que he llegado es a la de que mis padres tomaron una decisión muy acertada, una carrera tenística es un auténtico campo de entrenamiento para la vida, no solo por la concentración, esfuerzo y dedicación que requiere aprender un deporte tan difícil, sino por la cantidad de desafíos psicológicos que uno enfrenta. Por hacer un símil, afrontar una competición para la que has estado meses preparándote puede ser comparable a enfrentar una oposición para la que has estado meses estudiando. No solo esto, aprendes a lidiar con la frustración, te llevas dosis de humildad semana tras semana al ver que por muy bueno que seas siempre hay alguien mejor que tú. Como decía, un campo de entrenamiento para la vida.
Además de todo esto, este deporte se desarrolla en un ambiente rodeado de buenas personas, el tenis me ha dado algunas de las mejores amistades que tengo hoy en día.
Actualmente me dedico a estudiar la carrera de finanzas y contabilidad en la universidad de Málaga, estudios que compagino con dar clases de tenis en este club. La humildad, la ambición y la creencia de que con esfuerzo y trabajo duro se puede lograr lo que sea son valores que intento depositar en el cerebro de mis alumnos, sobre todo de los más pequeños

Un equipo que enseña con el corazón
En la Escuela de Tenis Cortijo Alto, cada monitor aporta una mirada diferente, pero todos comparten un mismo objetivo: formar a través del deporte. Su pasión se refleja en cada clase, en cada corrección técnica y en cada palabra de ánimo que dedican a sus alumnos.
Muchos de ellos comenzaron su historia tenística en estas mismas pistas, lo que convierte al club en una familia deportiva en el sentido más literal. Esa conexión entre pasado y presente hace que enseñar aquí no sea solo un trabajo, sino una forma de devolver al tenis todo lo que les dio.
Además, la escuela mantiene un compromiso firme con la formación continua, la innovación en la enseñanza y la promoción del tenis base en Málaga, garantizando una experiencia completa tanto para quienes se inician como para los jugadores en etapa de competición.
Cortijo Alto: el valor de un equipo unido por el tenis
El éxito de una escuela no se mide solo por los títulos o los resultados, sino por la calidad humana y profesional de quienes la integran. En Cortijo Alto, cada miembro del equipo transmite su pasión con humildad, disciplina y entusiasmo.
Gracias a este grupo de monitores, dirigidos por Julio Ripoll – un referente en la enseñanza del tenis en Málaga, la escuela continúa creciendo y formando nuevas generaciones de jugadores que entienden que el tenis es mucho más que un deporte: es una escuela de vida.
Si quieres aprender, mejorar tu técnica o simplemente disfrutar del tenis en un entorno donde el compañerismo y el esfuerzo son la base de todo, Cortijo Alto es tu casa.
Categorizado en: Escuela de tenis Cortijo Alto
Esta entrada está escrita por Laura Cortijo Alto